Es de los pocos jugadores capaces de erizar los pelos del bigote a tipos curtidos en mil batallas como Manolo Preciado. El técnico del Sporting pensó que le daba algo la temporada pasada, cuando en un Sporting-Osasuna Diego Castro ejecutó, con 2-2 en el marcador, una pena máxima 'a lo Panenka', con un tiro flojito, centrado y bombeado que supera a todo aquel portero que haya decidido tirarse hacia cualquiera de sus flancos. Por suerte para Castro, aquel balón acabó en las redes navarras y valió los tres puntos para el once asturiano.
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